El escándalo se dio debido a la fabricación de 11 millones de autos en todo el mundo con un equipo que tiene un programa informático que detecta automáticamente los controles de contaminación con el objeto de falsear los resultados en Volkswagen y Audi.
Esto ha provocado varias repercusiones en las acciones de la empresa alemana asi como en mercados de Francia, Italia y Corea del Sur donde se anunció que abrirán investigaciones para revisar los automóviles de esta empresa automotriz.
En Volkswagen de Estados Unidos internamente se han dado comentarios por parte del director ejecutivo Michael Horn al admitir que el grupo fue deshonesto en las pruebas de emisiones contaminantes, «Nuestra compañía fue deshonesta con la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos) y el comité de Recursos del Aire de California, con todos ustedes (…), la embarramos totalmente».